jueves, 18 de agosto de 2016

2da APRTE: En 15 años se han marchado 1.6 millones de venezolanos

“El mayor sacrificio que uno hace al salir es sin duda emocional ¿Ha valido la pena? No lo sé. Aunque tengo estabilidad económica siento que no lo puedo compartir con mis seres queridos, eso no se compara con nada. Panamá me aporta visión de progreso, experiencia laboral y tranquilidad. Yo aporto mi honestidad y mi buena disposición para que las cosas funcionen mejor cada día”. El testimonio pertenece al ingeniero mecánico Juan Carlos Cordero, quien desde 2012 reside en Panamá.
Así como él, numerosos venezolanos decidieron y deciden encaminar sus vidas hacia otros destinos. Venezuela fue un país receptor de inmigrantes de distintas partes del mundo. Hoy en día, enfrenta un duro proceso migratorio, nunca antes visto. En estos últimos quince años, más de millón y medio de venezolanos se marcharon a otras naciones. Una mejor calidad de vida los empujó a desprenderse de sus familias, amigos y terruño. “En el siglo XX, Venezuela no fue un país con una cultura migratoria.

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Emigrar no es sencillo Emigrar no es tomar las maletas e irse, tampoco un impulso emocional motivado por lo que ocurre en el país. Por lo general, las razones están relacionadas con guerras, hambrunas, efectos ambientales, inseguridad, inviabilidad laboral… La búsqueda de seguridad laboral, jurídica y oportunidades de trabajo mueven a los venezolanos, explica Oscar Hernández Bernalette, embajador de carrera y profesor universitario. “1.600.000 personas se han ido de Venezuela. Para una nación de 30 millones de habitantes representa un número muy alto, si tomamos en cuenta que 3% de la población mundial es emigrante. Estamos por encima de la media mundial”. El exministro de Relaciones Exteriores añade que toda migración conlleva una transición emocional y un proceso de adaptación que dependerá de la persona, de sus recursos y capacidades. “Hay personas que nunca superan el hecho de haber dejado su país. Siempre va a ver un efecto negativo emocional. La persona está dejando su bosque, su país, su familia. La desintegración familiar es algo terrible, se paga un alto costo emocional”.

País noble Fuimos un país bien visto como receptor de inmigrantes porque nos abrimos a las corrientes migratorias que lo necesitaron en el pasado. Eso nos ennoblece, nos hizo multicultural expone Hernández Bernalette. Como en todas las emigraciones masivas y ante la presencia de personas que van a ganar espacios en otros lugares, se genera resistencia. “La migración descontrolada puede generar resistencia por restarle oportunidades a los ciudadanos naturales. Se producen choques culturales y diferencias. Eso pasa en cualquier emigración, lo vemos ahora porque somos la novedad. Pero no es una reacción exclusiva”. El gobierno no comprende este drama, dijo el entrevistado.Cuando el gobierno comprenda lo que significa perder a un contingente humano tan importante y procure una relación con esos venezolanos que se fueron, podremos sacarle partido a esta realidad, acotó.

Ganancia para el país receptor Malex González Scrocchi tiene 15 años en Canadá. Siente que adoptó una mezcla cultural interesante. “La belleza aquí no cuenta para nada. Ni te da ni te quita oportunidades. Tengo 10 años en mi apartamento y no conozco a mis vecinos. Físicamente, nos ven muy atractivos. Hay muchos ingenieros venezolanos en cargos importantes, eso es dinero para Canadá. Aquí no funciona ni influye la “palanca” sino las capacidades. Aquí la impuntualidad no existe. Se dice que el extranjero es frío, no es eso, simplemente tiene una estructura en la cual se respetan las reglas, eso se traduce en orden, lo que nos afecta mucho al principio. No se puede llegar a la casa de nadie sin avisar y si visitas un amigo no puedes llegar con las manos vacías”.
Fenómeno Por primera vez en nuestra historia, se ha venido intensificando la salida de venezolanos, esto es un fenómeno que no habíamos conocido, expresó Anitza Freitez, directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB. En el país se profundizó la inestabilidad política, la conflictividad y el clima de polarización, lo que ha afectado la convivencia. La escasez, inflación, bajos salarios, imposibilidad de inserción en el mercado laboral, falta de servicios públicos, inseguridad, etc, son causas de la emigración. No somos un país atractivo, ni para los venezolanos ni para los extranjeros, menciona la investigadora. Mientras tanto, países que en el pasado fueron potenciales emisores de emigrantes para Venezuela, superaron sus dificultades y ofrecen mejores condiciones de vida. “Esa cantidad de despedidas en los aeropuertos es una experiencia con la cual comenzamos a convivir. En el aspecto económico nos afecta porque la migración que se está produciendo es diferenciada; de profesionales en los cuales el país invirtió recursos para su formación. En este momento, el propio país que formó a esa gente no está generando las condiciones para que puedan reinsertarse y contribuir al desarrollo del país”. Freitez afirma que hay un luto que se vive en una primera etapa del establecimiento, por lo cual, redes como Venezolanos en Canadá o Venezolanos en Argentina, por ejemplo, ayudan a superar la transición.
La verdad es que esa tradición o cultura de la migración es desconocida. Cuando la presencia de extranjeros se torna incómoda, porque se percibe que desplazan a los nacionales en la ocupación de los puestos de trabajo, se manifiesta un rebote, lo cual pasó en los 70 y 80 con la migración colombiana y latinoamericana en general, declaró la docente respecto al rechazo que ciertamente pueden estar experimentando los venezolanos en el exterior. “Panamá implementó ciertas restricciones porque siente que los ingenieros venezolanos están desplazando a los suyos. Los estudios que ha hecho la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Mundial, reflejan que Venezuela está entre los primeros 15 países con una alta selectividad de su emigración porque 60% corresponde a personas con título universitario”.
Alerta Ricardo Ríos, presidente de la empresa consultora Poder y Estrategia, realizó en septiembre un estudio sobre una muestra de 1.000 personas a escala nacional acerca de varios tópicos, entre estos, la intención de los venezolanos a emigrar. El estudio arrojó que 17% dice que sí tiene intenciones de emigrar y 12% dijo que a veces. “Ese 17% sólido se va o tiene planes de irse. Si bien es una minoría, se trata de un valor significativo. Son más de tres millones de personas que tienen intención de irse”.  Ríos explica que una intención de emigrar de más de 3.000.000 de venezolanos tiene que representar una alerta, desde el punto de vista de las políticas públicas. La mayoría de las personas que desean marcharse pertenecen a los estratos A, B y C, clase media y clase media-alta, las cuales representa el 20% de la población.

“Este valor no es despreciable, primeramente porque ningún sector debe menospreciarse, segundo, aquí se acumula buena parte del conocimiento técnico y profesional de la población”. Se podrían generar políticas públicas atractivas que permitan que las personas regresen, añade el experto. Al consultarle a los encuestados por qué razones se van, 70% señaló las razones económicas, 24% apuntó que debido a la inseguridad y 4% se refirió a los motivos políticos. “Tiene que ser una alerta el número de personas que se está marchando del país”, advirtió el consultor.

http://www.elimpulso.com/noticias/regionales/en-15-anos-se-han-marchado-1-6-millones-de-venezolanos-venezuela-vive-un-dramatico-proceso-migratorio 

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